sábado, 21 de julio de 2018

La vida está hecha de pequeños placeres

El domingo pasado nos fuimos a tapear por El Tubo de Zaragoza. Aunque no seas de mi ciudad seguro que has oído hablar de esta famosa zona de bares donde igual te puedes comer un champiñón rico rico, que un guardia civil, que una tostada de foie que quita el "sentío".

La verdad es que es algo que no solemos hacer muy habitualmente pero con el buen tiempo apetecía una barbaridad así que allí que nos fuimos.

Elegimos una mesica a la sombra, que el sol ya empezaba a hacer estragos en nuestro cuerpo serrano (si tú también eres un bombón me entenderás 😂😂😂) y nos plantificamos en la terraza con la idea de comer un par de tapas.

No te puedes imaginar lo a gustito que se estaba allí, casi tanto como Ketama hace algunos añitos:



El caso es que nos miramos mi marido y yo y nos dijimos:

"Esto es felicidad, estos momentos, ¡estos pequeños placeres!"

Esos en los que se para el mundo y simplemente te dedicas a disfrutar. En los que te sientes relajado y no piensas más allá. Esos que prolongarías eternamente....

sábado, 7 de julio de 2018

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

Hace unos días en el autobús vi una señora de unos 70 años con el pelo verde. Un verde bonito que le quedaba estupendo a la buena mujer.

No voy a entrar en detallar el tipo de verde porque si eres chico el pantone de colores se limita a verde claro y verde oscuro...sin acritud y desde el cariño, no te me ofendas 😋


Iba bien orgullosa y digna ella con su look discreto a la par que elegante. Y me dije a mí misma que cuando fuera mayor me pondría el pelo de todos los colores. 

Que ahora tú me dirás:

"Como si no lo hubieras hecho ya, ¿es que no te acuerdas de aquella vez que Fede te tiñó (con premeditación y alevosía) de morado tipo dibujo manga?

(Para más datos sobre esa traumática experiencia puedes ir a mi post Porque yo lo valgo)

Sí, claro que me acuerdo, como para no acordarme, pero eso fue un accidente y pa mí se queda la semanita que pasé siendo objeto de chistes y chascarrillos de la gente de "buena fe" que me rodeaba. Menos mal que ahora me tiñe Noelia que es de mejor corazón y piensa en mi bienestar físico y emocional.