El domingo pasado nos fuimos a tapear por El Tubo de Zaragoza. Aunque no seas de mi ciudad seguro que has oído hablar de esta famosa zona de bares donde igual te puedes comer un champiñón rico rico, que un guardia civil, que una tostada de foie que quita el "sentío".
La verdad es que es algo que no solemos hacer muy habitualmente pero con el buen tiempo apetecía una barbaridad así que allí que nos fuimos.
Elegimos una mesica a la sombra, que el sol ya empezaba a hacer estragos en nuestro cuerpo serrano (si tú también eres un bombón me entenderás 😂😂😂) y nos plantificamos en la terraza con la idea de comer un par de tapas.
No te puedes imaginar lo a gustito que se estaba allí, casi tanto como Ketama hace algunos añitos:
El caso es que nos miramos mi marido y yo y nos dijimos:
"Esto es felicidad, estos momentos, ¡estos pequeños placeres!"
Esos en los que se para el mundo y simplemente te dedicas a disfrutar. En los que te sientes relajado y no piensas más allá. Esos que prolongarías eternamente....